Beato Segismundo Sagalés Vila
Vic (Barcelona), 1888 | Múnter (Barcelona), 1936
Era religioso coadjutor, maestro de párvulos en el colegio Jesús, María y José de Barcelona. Las familias, tanto en Barcelona como antes en los colegios de Reus y Blanes, querían que sus hijos fueran a la clase del beato Segismundo porque, además de ser eficiente, era una isla de paz y alegría, en donde le gustaba tener flores, pájaros, peces y un mono, que era «el ayudante» de la clase. Siempre estaba alegre y de buen humor, a pesar del cáncer de cuello que padecía y que le hacía pasar malos ratos. Puso a salvo los restos mortales de san José Manyanet, incinerándolos con la ayuda de dos familias. No temía a la muerte sino caer en manos de las milicianas. Detenido en Calldetenes, fue asesinado en Múnter el día 8 de septiembre de 1936. Hoy reposa en el «panteón de los mártires» en el santuario de san José Manyanet de Barcelona.